jueves, 18 de noviembre de 2010

AMANECER


¡Entra la luz al cielo!
¡Abre el sueño su espada!
¡Abre el amor sus alas!

No resiste la sombra
al dardo que, el instante
invisible, le asesta
y, entero lo recibe
en su cuerpo sin piel
donde se clava...

La sombra se levanta
desnuda y va sangrando...
(mojada está en la luz
que se derrama ansiosa
saliendo a borbotones
por la herida que deja.)

Como un calor se eleva,
-emerge de ella misma-
se escapa de sufrente
volcándose hacia fuera,
hasta darse de brucesentera
en su hermosura,
húmeda y ya vencida
por el alba que llega.

¡Sobre elviento descansa!
¡Sobre ella misma queda!
¡Todo su cuerpo late
sostenido de estrellas!...

Y al fin, de un golpe, se hunde
sobre sí misma muerta...

"¿Quién va?"...
-dice la Aurora
al recibir el cuerpo
de la luz sobre el agua-.
"¿Es el tiempo que empieza
o es el tiempo que acaba?..."

(El sol pule los dardos
rojos de la mañana...

Sobre el cielo, que sueña,
todo el espacio es alma.)

Emilio Prados, "El misterio del agua, 1926-1927

domingo, 26 de septiembre de 2010

CREPÚSCULO


Los vagos colores de crepúsculo
Nos dan visión de lejanos ensueños.
En nuestro pecho brota la flor mortal.
El deseo se desata fatal.
La boca muerde labios marfileños.

Y pasa la vida y la muerte y la filosofía.
Estalla de pasión
El corazón.

Cronos devora a sus hijos. Siempre niebla fría.
El rescoldo rojizo
Es plomizo.

Venus se muere y Eros se va marchitando.
Sombras silenciosas
En las cosas.

Ya no renacerá este color. Siempre llorando
Cruzaremos desiertos
De los muertos.

El crepúsculo es espejo de gris melancolía.
Entona el firmamento
Un memento.

Pronto llega la noche de nuestro último día.
Lloran los campanarios
Los rosarios.

Con un negro tronar la lujuria renace.
Carne hecha miserere
Triste muere.

En el fondo murmuran Requiescat in pace.
La misericordia insulta.
Está oculta.


Lorca

miércoles, 5 de mayo de 2010


Educar es lo mismo
que poner un motor en una barca,
hay que medir, pesar, equilibrar...
...y poner todo en marcha.
Pero para eso,
uno tiene que llevar el alma
un poco de marino,
un poco de pirata,
un poco de poeta,
y kilo y medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja, que ese barco, ese niño,
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertas distantes, hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada.
GABRIEL CELAYA