martes, 31 de marzo de 2009

POEMA

Dice Hamlet Lima Quintana:

Todo depende de la luz,
de la manera de iluminar las cosas...
Todo depende de la forma,
de los contornos,
de las interpolaciones y
de las dudas.
Todo también depende
de que el tiempo nos marque,
de que los espacios nos den los titulares.
El verdadero problema es elegir entre
perseguir las sombras
o resignarse a ser el perseguido.
Un extraño “To be or not to be”
en este casi ser
en este casi no ser.
Salir desde las sombras
o hacer las sombras perdurables.
Y en la última etapa del abismo
después de liberar a los otros,
a todos los que son los otros,
recordar,
sin urgencias,
que uno es el preso.
Y a partir de allí...
liberarse.

lunes, 23 de marzo de 2009

IGUALA SIN COMPETIR


Los ancianos del consejo de un antiguo pueblo llegaron hasta la choza de un viejo maestro. Venían a consultar al sabio sobre un problema del pueblo.
Desde hacia muchos años, pese a todos los esfuerzos del consejo, los habitantes habían empezado a hacerse daño. Se robaban unos a otros, se lastimaban entre si, se odiaban y educaban a sus hijos para que el odio continuara.
-Siempre hubo algunos que se apartaban del camino –dijeron- los consejeros, pero hace unos diez años comenzó a agravarse y desde entonces a empeorado mes a mes.
-¿Qué paso hace 10 años?- pregunto el maestro.
-Nada significativo -respondieron los del consejo-. Por lo menos nada de malo. Hace 10 años terminamos de construir entre todos el puente sobre el río. Pero eso solo trajo bienestar y progreso al pueblo.
-No hay nada de malo en el bienestar –dijo el sabio-, pero si lo hay en comparar mi bienestar con el del vecino. No hay nada de malo en el progreso, pero si en querer ser el que mas ha progresado. No hay nada de malo en las cosas buenas para todos, pero si en competir por ellas. La solución es un cambio de silaba…
-¿Cambio de silaba? –preguntaron los del consejo.
-Debéis enseñar a cada uno de los habitantes del pueblo que si a la palabra competir le cambian la silaba central Pe por Par , se crea una nueva palabra: com-PAR- tir… Cuando todos hallan aprendido el significado de compartir, la competencia no tendrá sentido y, sin ella, el odio y el deseo de dañar a otros quedara sepultado para siempre.

Jorge Bucay.

-¿ ES REALMENTE NECESARIO COMPETIR PARA MEJORAR?
-¿ QUE ES MAS IMPORTANTE PARA UN GRUPO, APORTAR O RECIBIR ?
-¿QUE ES MAS IMPORTATE EL CAMINO O AQUELLO QUE TE LLEVO A CAMINAR?

domingo, 8 de marzo de 2009


Me declaro vivo!
Saboreo cada acto.

Antes cuidaba que los demás no hablaran mal de mí, entonces me portaba como los demás querían y mi conciencia me censuraba.

Menos mal que a pesar de mi esforzada buena educación siempre había alguien difamándome. ¡Cuánto agradezco a esa gente que me enseñó que la vida no es un escenario! Desde entonces me atreví a ser como soy.

He viajado por todo el mundo, tengo amigos de todas las religiones; conozco gente extraña: católicos, religiosos pecando y asistiendo a misa puntualmente, pregonando lo que no son, personas que devoran al prójimo con su lengua e intolerancia, médicos que están peor que sus pacientes, gente millonaria pero infeliz, seres que se pasan el día quejándose, que se reúnen con familia o amigos los domingos para quejarse por turnos, gente que ha hecho de la estupidez su manera de vivir.

El árbol anciano me enseñó que todos somos lo mismo.

La montaña es mi punto de referencia: ser invulnerable, que cada uno diga lo que quiera, yo sigo caminando indetenible.
Soy guerrero: mi espada es el amor, mi escudo el humor, mi hogar la coherencia, mi texto la libertad.

Si mi felicidad resulta insoportable, discúlpenme, no hice de la cordura mi opción. Prefiero la imaginación a lo indio,
es decir inocencia incluida.

Quizás solamente teníamos que ser humanos.
El que tú no veas los átomos, no significa que no existan.
Por eso es muy importante que sea el Amor lo único que inspire tus actos.

Sin Amor nada tiene sentido, sin Amor estamos perdidos, sin Amor corremos el riesgo de estar de nuevo transitando de espaldas a la luz.

En realidad, sólo hablo para recordarte la importancia del silencio.

Anhelo que descubras el mensaje que se encuentra detrás de las palabras; no soy un sabio, sólo un enamorado de la vida.
El silencio es la clave, la simplicidad es la puerta que deja fuera a los imbéciles.

La gente feliz no es rentable, con lucidez no hay necesidades innecesarias.

No es suficiente querer despertar, sino despertar.

La mejor forma de despertar es hacerlo sin preocuparse porque nuestros actos incomoden a quienes duermen al lado.
Recuerda que el deseo de hacerlo bien será una interferencia. Es más importante amar lo que hacemos y disfrutar de todo el trayecto.

La meta no existe, el camino y la meta son lo mismo. No tenemos que correr hacia ninguna parte, sólo saber dar cada paso plenamente.

No, no te resistas, ríndete a la vida. Quien acepta lo que es y se habilita para hacer lo que puede, encarna las utopías y lo imposible se pone a disposición.

La mejor manera de ser feliz es: 'ser feliz’. Reconstruye tu raíz y saborea la vida.

Somos como peces de mares profundos, si salimos a la superficie reventamos.

La frivolidad y la intrascendencia condenan la vida a la muerte.
Cuando somos más grandes que lo que hacemos, nada puede desequilibrarnos. Pero cuando permitimos que las cosas sean más grandes que nosotros, nuestro desequilibrio está garantizado.

El corazón está en emergencia por falta de amor. Hay que volver a conquistar la vida, enamorarnos otra vez de ella.
Nuestro potencial interior aflora espontáneamente cuando nos dejamos en paz.

Quizá sólo seamos agua fluyendo; el camino nos lo tenemos que hacer nosotros.

Más no permitas que el cauce esclavice al río, no sea que en vez de un camino tengas una cárcel.

La infelicidad no es un problema técnico, es el resultado de haber tomado el camino equivocado.

Amo mi locura que me vacuna contra la estupidez. Amo el amor que me inmuniza ante la infelicidad que pulula por doquier, infectando almas y atrofiando corazones.
El amor es, a nivel sutil, la esencia de nuestra instancia inmunológica.

La gente está tan acostumbrada a complicarse, que rechaza de antemano la simplicidad.

La gente está tan acostumbrada a ser infeliz, que la sensación de felicidad les resulta sospechosa.

La gente está tan reprimida, que la espontánea ternura le incomoda y el amor le inspira desconfianza.

Hay cosas que son muy razonables, objetivas y... apestan.
Ya no podemos perder el tiempo en seguir aprendiendo técnicas espirituales cuando aún estamos vacíos de amor.
Quienes no están preparados para escuchar tienen la recompensa de no enterarse de nada.

Disfruta de lo que tienes, recibe lo que venga, crea e inventa lo que necesites, haz sólo lo que puedas, y fundamentalmente celebra lo que tengas.

La vida es un canto a la belleza, una convocatoria a la transparencia.

Cuando esto lo descubras desde la vivencia, el viento volverá a ser tu amigo, el árbol se tornará en maestro y el amanecer en ritual.

La noche se vestirá de colores, las estrellas hablarán el idioma del corazón y el espíritu de la tierra reposará otra vez tranquilo.

¡Me declaro vivo!

Chamalú. Indio Quechua

ERRORES..

El perfeccionismo es una muerte lenta.

Si cada cosa ocurriera como a mí me ha gustado como la hubiera planeado

nunca experimentaría algo nuevo.

Mi vida sería una repetición infinita de viejos resultados.

Cuando cometo un error experimento algo inesperado.

Algunas veces reacciono frente a mis errorescomo si me hubiera traicionado.

Mi temor a equivocarme parece basarse en la suposición secreta de que soy potencialmente perfecto y que bastaría sólo un poco de cuidado para no caerme del cielo.

Pero un “error” es un manifiesto de lo que soy,

es un bache en el camino que intento,

es una advertencia de que no estoy

tomando en cuenta mi realidad.

Cuando haya escuchado a todos mis errores

Habré crecido

POR HUGH PRATHER

domingo, 1 de marzo de 2009



Aquí os presento un dibujo muy "inquietante" de mi hijo. Lo llamó "El Fuego de Colores" y se inspiró en una imagen mental que le surge cada vez que se quita sus gafas. Entonces se acuerda en esos momentos y piensa en que sería interesante
plasmarlo en un dibujo. Esperamos que os guste y os sugiera mucha magia......

OLIVER JR

Algunas consideraciones Mágicas..


Según mi hijo, el hecho de que los perr@s hagan círculos en torno a sí mismos antes de echarse es para quedar protegidos por ese aro mágico que ahuyentará sus pesadillas....
--

ME HA PARECIDO INTERESANTE ESTE ESCRITO DE LUCIA ETXEBARRIA Y QUIERO COMPARTIRLO CON VOSOTR@S


Yo no soy una buena madre. Y probablemente usted, que me lee, tampoco.

Si usted ha decidido quedarse en casa y consagrase al cuidado de sus hijos es usted una madre hiperprotectora, amén de un parásito, un ser que vive a expensas de otro y a espaldas de las verdaderas preocupaciones y dificultades de la vida.
Si usted trabaja fuera de casa entonces desatiende usted a sus hijos, y nadie valorará el hecho de que tenga usted que hacer verdaderos malabarismos para conciliar la vida familiar y la laboral. Lo peor de todo es que unas madres y otras van acusándose mutuamente: la que se queda en casa arremete contra la que trabaja, y viceversa, como si no fuera suficiente con recibir los ataques de los pediatras, los psicólogos, los especialistas en sueño, los periodistas, las madres,
las suegras y las cuñadas.
Nosotras, las madres de hoy, aseguran ciertos psicoanalistas, somos la fuente de todos los problemas de nuestros hijos, porque tenemos demasiada fuerza y le hemos robado la autoridad a los padres. Si su hijo es hiperactivo, si tiene rabietas, si insulta a otros niños en el colegio, la culpa será siempre de usted, porque o bien le consiente demasiado o bien no le atiende lo suficiente. ¿Y dónde están esos padres a los que les hemos robado la autoridad? ¿Cuánto han
luchado para defenderla?

Nadie culpará al padre, nadie cuestionará nunca que el padre trabaje fuera de casa o viaje. Pero ¡ay de usted si lo hace! No solo tendrá que enfrentarse al goteo constante de comentarios más o menos directos o indirectos por parte de su madre, de su suegra, de las madres de los compañeros de cole de su retoño, sino, sobre todo, tendrá usted que lidiar con su propio sentimiento de culpa, que no la dejará vivir.

Yo no soy una buena madre. Trabajo fuera de casa y además viajo. Dejo a mi hija con canguros. Tengo novios y vida social. No le he proporcionado a mi hija ese entorno familiar estable que entronizan los manuales de pediatría y las revistas de papel couché.

No soy una buena madre pero pago las facturas de mi hija (el colegio, la comida, los canguros, la ropa, los juguetes, el pediatra y, muy a mi pesar, las Barbies), apenas duermo para poder llevarla al colegio todos los días, dedico la mayor parte de mi tiempo libre a su cuidado y todo mi espacio mental a pensar en ella.

No soy una buena madre, como no lo somos ninguna. Es lo más parecido a lo que vivíamos en la primera adolescencia. La que intimaba con los chicos era una p**a, la que se resistía era una estrecha: no había término medio.

El caso es que nunca llueve a gusto de todos y una mujer nunca hace las cosas bien. A la madre nunca se le valora lo que hace y para colmo no tiene derecho a quejarse, so pena que se le diga que... es una mala madre.
Nuestra sociedad es perfeccionista y quiere individuos perfectos. Superhombres que se afeiten con acabado impecable, que conduzcan coches que apenas hagan ruido, que vayan al gimnasio tres veces por semana.
Supermadres de brillante sonrisa y silueta juncal, triunfadoras en todos los ámbitos, adoradas por sus maridos y respetadas por sus jefes, criadoras de niños sanos y emocionalmente estables. Nuestra sociedad ha convertido el goce en un modelo, y el goce inmediato en el valor supremo.

Y un niño no es goce ni inmediatez. Un hijo implica renuncia y perspectiva. Y sobre todo, implica aceptar que la perfección no existe.
Usted, que me lee ¿está con los nervios de punta porque no le da tiempo a hacer todo lo que debería?, ¿tiene diez kilos de más?, ¿no tiene tiempo para ir al gimnasio y, si lo tuviera, lo emplearía en dormir?, ¿desearía que a veces fuera él el que se ocupara de la compra, de la colada, de los biberones y de la visita al pediatra?, ¿a veces se enfada, a veces está harta, a veces llora y a veces, mucha veces, no está en condiciones de dar lo mejor de sí misma?
Estupendo. Bienvenida al Club de las Malas Madres. Recuerde: no somos las mejores pero somos la mayoría.