jueves, 18 de noviembre de 2010

AMANECER


¡Entra la luz al cielo!
¡Abre el sueño su espada!
¡Abre el amor sus alas!

No resiste la sombra
al dardo que, el instante
invisible, le asesta
y, entero lo recibe
en su cuerpo sin piel
donde se clava...

La sombra se levanta
desnuda y va sangrando...
(mojada está en la luz
que se derrama ansiosa
saliendo a borbotones
por la herida que deja.)

Como un calor se eleva,
-emerge de ella misma-
se escapa de sufrente
volcándose hacia fuera,
hasta darse de brucesentera
en su hermosura,
húmeda y ya vencida
por el alba que llega.

¡Sobre elviento descansa!
¡Sobre ella misma queda!
¡Todo su cuerpo late
sostenido de estrellas!...

Y al fin, de un golpe, se hunde
sobre sí misma muerta...

"¿Quién va?"...
-dice la Aurora
al recibir el cuerpo
de la luz sobre el agua-.
"¿Es el tiempo que empieza
o es el tiempo que acaba?..."

(El sol pule los dardos
rojos de la mañana...

Sobre el cielo, que sueña,
todo el espacio es alma.)

Emilio Prados, "El misterio del agua, 1926-1927